Chile y sus desafíos. Una mirada  frente a la . (O.C.D.E) – Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico –

 * (…) La OCDE nos deja planteado un desafío: Chile debe plantearse la seria necesidad de sentarnos a dialogar sobre cuál va a ser la matriz de desarrollo económico de los próximos 50 años, porque no podemos seguir dependiendo exclusivamente de la exportación de los recursos minerales, principalmente de materias primas *.

 CRÓNICA DE OPINIÓN.- (por Mario Fuentes Romero – Gobernador de Petorca.) No se pueden ignorar las discusiones de la OCDE considerando que Chile es país miembro, en ese sentido vale la pena revisar los tópicos planteados en el último foro anual en Paris (31 Mayo, 01,02 Junio 2016) La gran discusión es el hecho que desde hace 10 años el mundo ha tenido una desaceleración importante, y ello ha ido acompañado de un aumento en la inequidad, por lo tanto, la tarea que nos plantea la OCDE es cómo el mundo aumenta su crecimiento económico y a la vez disminuye las graves cifras de la distribución de la riqueza. En este tema Chile no está exento, y de ello dan cuenta las cifras económicas de los últimos 8 años, y la historia del país sobre su desarrollo económico. En efecto, Chile desde los inicios de la república siempre ha dependido de la exportación de recursos naturales. En su momento fue el carbón, luego el salitre y hoy el cobre. Los recursos fiscales dependen en gran medida de la exportación del cobre, cuyos resultados dependen del precio internacional del mismo, que se fija en relación al crecimiento económico de China.

Una baja del crecimiento económico de China, produce un bajo precio del mineral, menos recursos fiscales y además una cantidad importante de desocupación. Según el representante de la República Popular de China en el foro de la OCDE, ese país va a disminuir su crecimiento de aquí al 2030 de un 7% a un 5.5%, considerando que de 2015 a 2016 disminuyó solo de un 6,9 a un 6,5.

En este sentido, la OCDE nos deja planteado un desafío: Chile debe plantearse la seria necesidad de sentarnos a dialogar sobre cuál va a ser la matriz de desarrollo económico de los próximos 50 años, porque no podemos seguir dependiendo exclusivamente de la exportación de los recursos minerales, principalmente de materias primas.

Son variados los caminos a recorrer, y a este respecto es recurrente escuchar las palabras “emprendimiento”, “innovación”, “tecnología”, etc., pero la verdad sea dicha, no es consecuente hablar de estos conceptos con la inversión del PIB en ciencia y tecnología que tiene Chile, lo que alcanza el 0,36% del PIB, comparado con el 1,0 % de Argentina, el 1,2% de Brasil y el 2,4-2,6 % promedio de los países de la OCDE. No se puede sostener un desarrollo eficaz con un mero 0,36% de inversión en ciencia y tecnología.

Un salto al futuro sería aumentar significativamente la inversión en esta área, lo que depende sólo de voluntad política. De esa manera podremos pasar de una economía de mera extracción a una economía del conocimiento, del valor agregado. Eso nos dará la oportunidad de pasar de formar ingenieros a formar científicos. De transformar las salas de clases de las universidades o auditorios a talleres, donde la creación sea el principal componente. El futuro ya no depende de lo material, sino de aquello inmaterial presente en cada chileno. La capacidad de crear y de adaptarse.

Podemos indicar variados ejemplos, uno de ellos referido a la necesidad de potenciar la agroindustria, pero con tecnología que nos permita adaptarnos a los cambios climáticos, que nos permita sembrar donde no hay agua y que nos permita producir cuando otros no producen. En esta línea China podría ser un excelente consumidor de alimentos, toda vez que su población supera el tercio del mundo y sólo un 6% de su tierra es cultivable, lo que los obliga a salir al mundo a buscar el alimento para su gente. En otra materia, es necesario intervenir las pequeñas y medianas empresas con vistas a su profesionalización y visualización en el mundo. Está demostrado que el emprendedor que existe en la red de internet aumenta su capacidad de ventas, sus ingresos y por ende la generación de empleo. Esto no es baladí, ya que cualquier análisis económico no puede desconocer que estamos en medio de la era digital y en eso Chile ha quedado fuera de la revolución tecnológica. Es un mero consumidor de tercera línea, que

sólo accede a ese mercado en la medida que primero llegue el norte del mundo.

Son grandes los desafíos, muchos más las alternativas y los ejemplos. Yo, sólo espero que el país esté a la altura para tomar decisiones, y no repetir errores del pasado.